Apoyándome en lo que no creo
- Cyndi Viscellino Huergo
- 7 ene 2020
- 1 Min. de lectura
Y darle vuelta la cara al destino sólo para volver a encontrarlo.
Y no creer en el destino, sino en ir creando el camino.
Y que el camino se vaya creando con personas y situaciones atribuibles al destino en el que no creo, como si la creación del destino fuese ajena a la voluntad de quien recorre el camino, que soy yo.
Y que creyera que el camino en sí mismo esté destinado a ser de una determinada manera.
Y que el camino que creo que creo sea un afluente del camino destinado a ser de aquella manera.
Y querer cambiar el camino y el destino.
Y darme cuenta que el destino es el punto de llegada del camino, no importa cuál.
Y que la creación del camino afluente cambie el destino atribuido.
Y que entonces el camino y el destino ya no sean de determinada manera.
Y dar vuelta la cara para apoyarme en el destino en el que no creo y en el camino determinado para poder crear mi propio camino y mi propio destino.
Y haber recorrido el camino hasta acá, arribando a un destino en parte imaginado para crear un nuevo camino que me lleve a un destino soñado aún no atribuido.
Y así, volver a empezar.
Y preguntarme si toda esta secuencia es parte del camino destinado que debía recorrer para cumplir con el destino pautado de antemano de determinada manera.
Y decir. Y creer. Y crear. Y caminar. Y destinar.
Para seguir viviendo.
Cyndi Viscellino Huergo © 2020 Todos los derechos reservados

Foto: "Destino", del film homómino de Walt Disney y Salvador Dalí, 1946-2003
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